Cómo hacer un quitaesmalte instantáneo

¡Hola a todos!

Hoy voy a explicar en esta entrada cómo hacer un quitaesmalte instantáneo casero, reciclando cositas que ya no nos sirven.

Por si no sabéis qué es un quitaesmalte instantáneo, se trata de botecito en el que introduces el dedo, lo mueves un poquito hacia ambos lados, y al sacarlo, ha desaparecido el esmalte (además, mucho mejor que cuando quitamos el esmalte con algodón, porque elimina muy bien ese esmalte difícil de quitar de la unión de la uña con el dedo). Podéis encontrar quitaesmaltes instantáneos por ejemplo en Mercadona.


Necesitaremos...

• Una esponja, que puede ser una esponja ya usada que vayamos a cambiar por una nueva (además, mucho mejor, porque así reutilizaremos cosas que ya no sirvan).
• Quitaesmalte líquido.
• Un bote con tapa, en mi caso, se trata de un bote de cristal de la crema hidratante de deliplus, que ya no me servía.
• Tijeras

 Pasos a seguir...

1.  Recortamos la esponja, más o menos en forma de círculo de forma que quepa en nuestro bote. No tiene por qué quedar un círculo perfecto, así que no os preocupéis. Más vale cortarla un poco más grande, y luego al ver que no cabe, ir cortando un poquito más, que quedarnos cortos y que ya no tenga solución! Si la esponja es algo más gruesa que la altura de nuestro bote, también podemos cortarla para que quepa perfectamente.
2. Haremos un corte en el centro con las tijeras, no muy grande, lo justo para que quepa nuestro dedo y podamos girarlo (no lo hagáis mucho más grande porque cuando más contacto haya entre el dedo y la esponja, mejor, no olvidemos que la esponja será lo que elimine el esmalte al rozar la uña)
3. Introducimos nuestra esponja en el botecito...
4. ... hasta que quede perfectamente puestecita, como en esta foto.
5. Aquí tenéis una foto de cómo se ve desde esta perspectiva, para que veáis que encaja muy bien tanto en ancho como en altura.
6. Y finalmente, echamos quitaesmalte líquido (en mi caso, es quitaesmalte líquido de deliplus) hasta que la esponja quede muy empapada (pero no echemos más de lo que admita absorber la esponja).

¡Y ya lo tenemos! El funcionamiento es sencillo: introducir el dedo en el agujerito, girarlo un poco, y ya está. Además, este práctico bote permite cerrarlo, por lo que nos durará mucho tiempo. Cuando veáis que la esponja está muy llena de esmalte y que ya no os quita bien el de las uñas, será el momento de cambiarla por una esponjita nueva. Además, si se va evaporando un poco del quitaesmalte, o véis que la esponja se queda más resequita de la cuenta, lo podéis recargar un poquito con quitaesmalte líquido.

Espero que os haya gustado este truquito. Yo cuando lo aprendí, me encantó, porque se elimina el esmalte mucho mejor que con el algodón.

¡Hasta la próxima!